¿El BL es o no es LGBTQ+?: El debate entre representación y ficción

Con el crecimiento global del BL (Boys’ Love), género de origen japonés que retrata relaciones románticas entre hombres, ha surgido un debate persistente:

¿Debe considerarse parte de la representación LGBTQ+ o simplemente una forma de ficción romántica?

Mientras algunos lo celebran como un espacio de visibilidad queer, otros lo cuestionan por reproducir estereotipos, fetichización y estar desconectado de las experiencias reales de las personas LGBTQ+.

Posturas a favor: representación e impacto positivo

Para muchos, el BL ha sido una puerta de entrada a la diversidad sexual y una forma de encontrar consuelo y comunidad, especialmente en regiones donde la homosexualidad sigue siendo tabú. Obras como Given, han sido aclamadas por sus retratos sensibles y emotivos de relaciones entre hombres.

“Aunque la intención inicial del BL no haya sido activista, su impacto ha contribuido a una mayor visibilidad queer, especialmente entre jóvenes que exploran su identidad, afirma el sociólogo James Welker, experto en estudios culturales japoneses y autor de Queer Transfigurations: Boys Love Media in Asia (University of Hawaiʻi Press, 2023).

Además, plataformas como WEBTOON, Tapas y Netflix han contribuido a difundir historias que incluyen representaciones LGBTQ+ más variadas, alcanzando audiencias que de otro modo no accederían a estos contenidos.

Posturas en contra: fetichización y desconexión con la realidad queer

En contraste, varias voces dentro de la comunidad LGBTQ+ critican que gran parte del BL está escrito por y para mujeres heterosexuales, lo que puede derivar en una representación distorsionada de las relaciones entre hombres. El académico Mark McLelland, en su obra Male Homosexuality in Modern Japan (Routledge, 2005), advierte sobre cómo algunos relatos BL tienden a fetichizar el deseo masculino sin considerar sus realidades sociales y políticas.

“No es lo mismo representación que representación auténtica,” señala el activista trans y escritor estadounidense Alex Bertie, en su vídeo ensayo Why Boys’ Love isn’t always LGBTQ+ Representation. Para Bertie, algunas narrativas BL ignoran temas como la discriminación, el consentimiento o la identidad sexual real.

Incluso, hay quienes plantean que muchas historias BL eluden activamente el término “gay” y evitan abordar la homofobia o la salida del clóset, lo que distancia al género de las luchas LGBTQ+ reales.

Un punto intermedio: contexto, intención y evolución

Algunos expertos proponen no generalizar. El BL, como cualquier género, abarca desde lo más problemático hasta lo más progresista. Mientras ciertos títulos priorizan el erotismo o la fantasía, otros abordan con sensibilidad temas como el trauma, la autoaceptación o la identidad sexual.

La escritora y crítica cultural Linnea Capps argumenta que, si bien el BL no nació como una forma de activismo queer, su evolución global ha empujado a los creadores a ser más conscientes y responsables, especialmente cuando las historias llegan a lectores LGBTQ+.

Entonces ¿El BL es LGBTQ+? La respuesta no es simple. Puede serlo, pero no siempre lo es. Depende de la obra, del contexto cultural, de la intención narrativa y de cómo los personajes y relaciones son retratados.

Tampoco hay que olvidar que al ser un genero surgido desde el shoujo, se creo, evolucionó y se popularizó de la mano de las mujeres, por lo que es inevitable que las historias siempre tengan una perspectiva femenina y no necesariamente sean realistas en cuanto a lo que se está contando. Es este punto precisamente el que ha provocado los cuestionamientos tanto de la comunidad LGBT como del feminismo más extremo. A día de hoy, sigue siendo consumido y producido por mujeres, en gran porcentaje heterosexuales y en menor medida por personas de la comunidad aunque existe una tendencia en occidente especialmente en que más personas que se identifican con la sigla multicolor, comiencen a leerlo y producirlo. Sin embargo, en su país de origen se sigue tomando como entretenimiento para mujeres y tampoco se le exige representatividad.

En tanto, el género sigue ganando popularidad en todo el mundo, es crucial seguir cuestionando y reflexionando sobre cómo representa —o no— las vivencias de personas LGBTQ+.

PUNTOS CLAVE:

El rol del fandom: entre amor, crítica y contradicción

Dentro del debate sobre si el Boys’ Love (BL) forma parte del movimiento LGBTQ+, una pieza clave es el fandom que lo consume y produce: las fujoshis (mujeres aficionadas al BL), los fudanshis (hombres fans del género), y un número creciente de lectores LGBTQ+ que encuentran en estas historias un reflejo —aunque imperfecto— de sus propias experiencias.

Históricamente, el BL surgió en Japón en los años 70 como un espacio creativo para mujeres, muchas veces ajeno a las preocupaciones políticas del movimiento queer. Las fujoshis y fudanshis han sido responsables de su masificación global, produciendo obras, traducciones, fanfics y eventos que han sostenido una industria multimillonaria. Para muchas personas LGBTQ+, especialmente en Asia o América Latina, el BL fue su primer contacto con relaciones del mismo sexo representadas con sensibilidad (aunque a veces con fantasía o dramatismo excesivo).

Sin embargo, no todo el fandom ve el BL como un vehículo de representación genuina. Diversas voces dentro de la comunidad queer critican la manera en que las relaciones son a menudo idealizadas, estereotipadas o incluso fetichizadas, enfocándose en el placer emocional de la audiencia antes que en retratar realidades LGBTQ+. Algunas personas señalan que ciertos sectores del fandom “consumen el sufrimiento gay como entretenimiento”, mientras evitan involucrarse en luchas reales por derechos o visibilidad queer.

Al mismo tiempo, hay una división generacional y cultural dentro del propio fandom. Las nuevas generaciones, más conscientes de la representación y la política de identidad, han impulsado narrativas más realistas e inclusivas, promoviendo obras BL escritas por autores queer, o con personajes abiertamente LGBTQ+, fuera del molde tradicional del “uke” (pasivo) y “seme” (activo).

En plataformas como Reddit, Anilist o X (antes Twitter), los debates son intensos. Algunos usuarios queer se apropian del BL desde un lugar afectivo: “Fue lo primero que me hizo sentir visto”, afirman. Otros, más críticos, insisten en que no toda historia con personajes del mismo sexo es automáticamente parte del movimiento LGBTQ+: “No todo lo gay es queer, y no todo lo queer es para nosotrxs”.

También, hay quienes reivindican el BL como un espacio en el que las mujeres (la mayoría de quienes producen y leen BL) libremente pueden expresar el deseo, sin necesidad de estar representadas en la ficción ni sexualizadas como es común en narrativas cis heterosexuales porque el protagonismo no recae en ellas como sujetos. Y esa misma libertad, les permite jugar con roles de género, ampliar los tipos de historias e inclusive consciente o inconscientemente denunciar realidades vividas por ellas (si se hiciera el paralelismo con los omegaverse por ejemplo con respecto a la violencia machista) en un espacio seguro de creatividad sin limites.

BL en Asia: ¿Ficción romántica o representación LGBTQ+?

El género Boys’ Love (BL) es ampliamente popular en Japón, Corea del Sur y China. Sin embargo, la manera en que estas sociedades perciben y consumen el BL varía considerablemente, especialmente en cuanto a su relación —o falta de ella— con las identidades LGBTQ+.

En Japón, el BL se originó en los años 70 como un subgénero del manga dirigido principalmente a mujeres. Hasta hoy, muchos japoneses lo consideran una fantasía romántica separada de la realidad. Aunque Japón ha avanzado en la discusión pública sobre derechos LGBTQ+, la mayoría de los consumidores de BL no lo asocian directamente con la representación de personas queer reales. El BL se ve más como una categoría de entretenimiento estilizado que como un vehículo de activismo o visibilidad.

En Corea del Sur, la percepción del BL está cambiando rápidamente. Si bien aún existe una separación entre el género y la comunidad LGBTQ+, el auge de los dramas BL coreanos ha impulsado una conversación más abierta sobre la diversidad sexual, sobre todo entre los jóvenes. Algunas producciones, como The Eighth Sense, han sido valoradas por su enfoque más realista y empático, lo que ha llevado a una recepción más consciente del vínculo entre BL y temas LGBTQ+. Aun así, muchos coreanos continúan viendo el género como una ficción dirigida a un público femenino y no necesariamente como una representación auténtica de personas queer.

En China, la situación es aún más compleja debido a la fuerte censura gubernamental. El género danmei (versión china del BL) goza de gran popularidad, pero rara vez puede mostrar explícitamente una relación homosexual. Por ello, las historias suelen utilizar el subtexto o relaciones ambiguas. La mayoría del público chino tampoco asocia automáticamente el danmei con la comunidad LGBTQ+, sino que lo consume como una narrativa emocional o estética. Las restricciones han obligado a separar aún más la ficción del reconocimiento de la diversidad sexual en la vida real.

En conclusión, aunque el BL involucra relaciones entre hombres, en Japón, Corea y China no se percibe de forma automática como una representación LGBTQ+. Más bien, su lectura depende del contexto cultural: en Japón es una fantasía establecida, en Corea comienza a conectar con lo social, y en China lucha contra los límites impuestos para encontrar su lugar entre la represión y la admiración.

¿Y ustedes qué opinan? Déjanos tu opinión en comentarios.

Fuentes:

  • Welker, James. Queer Transfigurations: Boys Love Media in Asia. University of Hawaiʻi Press, 2023.
  • McLelland, Mark. Male Homosexuality in Modern Japan. Routledge, 2005.
  • Capps, Linnea. “BL and LGBTQ+ Representation: Where’s the Line?” Anime Feminist, 2021.
  • Bertie, Alex. Why Boys’ Love isn’t always LGBTQ+ Representation [YouTube].

PD: Este artículo es un compilado de las visiones con respecto al fenómeno del BL y como se cuestiona o defiende desde diferentes veredas.

1 Comment

  1. Puede ser representativo si quiere su autor, pero no está obligado a serlo. Esa sería mi posición.
    Lo digo porque cuando estaba recién entrada a Steam porque me había comprado Dramatical Murder y revisaba la sección de puntos de encuentro y comunidad, vi un debate sobre porque ese juego y la representación. Como si fuera un deber. Y como alguien que jugó eso puedo decir que siempre estuvo pensado para un público femenino (diseño de personajes estéticos y bonitos, actores de voz que participaron en otomes y apelan al gusto femenino, que cada interés amoroso es un tipo que le guste a la jugadora) que luego gente lo viera como su ventana a explorar su identidad y eso sería secundario. Y está bien, está bien que aparte de verlo como algo que los pudo entretener los ayudó a conocerse mejor. Pero no hay que obligar a un producto que estaba pensado para otra cosa a que cumpla con algo para lo que no fue creado.
    Hay tantos mangas que de verdad tocan el tema de la representación, algunos que fueron o están licenciados, como por ejemplo Echoes con su protagonista que es una chica que cuestiona su identidad (se refiere a su persona en masculino), Claudine que es sobre un chico trans, Boy runs the riot que va de lo mismo, Cómo conocí a mi marido que es un relato real. Pero parece que en lugar de difundir esto se le quiere adjudicar a un género de tiene una relación más con el tema de las mujeres y espacios para ellas una representación. Es como que le reclamen a Ranma sobre ser representación trans (y con dizque fuentes que nunca, jamás muestran sobre la supuesta obra de teatro que vio la autora) en lugar de difundir obras que genuinamente quieren mostrar eso.
    Vamos, que hasta en mangas como Un jefe de cuento de hadas y su empleado ¿hetero? que se sabe que su autor es hombre debe ser escrito desde un punto de vista femenino, eso no dice demasiado?
    También que como con adjudicar representación pero a nivel de apropiarse están socavando el tema de las mujeres en el mundo del manga y hasta en otros medios como novelas y juegos. Siempre recordaré un twitt donde alguien le daba créditos a la escritora del escenario de Togainu no Chi por presentar una historia oscura e interesante en una época donde las novelas visuales BL se tenían que hacer un espacio pero a fuerzas. Una pena que de este lado no se tiende a apreciar la trayectoria de autoras de BL que pueden llevar hasta décadas escribiendo.
    Pero en fin, ya para cerrar, no diría que hay que excluir y eso porque lo que une es el interés y gusto que puedes tener hacia un título en especifico de este género pero también hay que ver las cosas de manera objetiva: el BL no se hizo para representar y no es su obligación. Entiendo que en algunos países esto es lo más cercano a una representación y está bien, pero no hay que pensar que esa es la tarea obligatoria de ese género.

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